Esta es la historia de Ricitos de Oro que, jugando en el bosque, encontró una incitante casita abandonada temporalmente por Papá Oso, Mamá Osa y Bebé Osito.
El hecho de atisbar a través de las ventanas de la casita, el niño lo identifica con su natural curiosidad por conocer el mundo del adulto. Según Bruno Bethelheim este cuento: «…ilumina el significado de la difícil elección que el niño debe realizar. ¿Ha de ser como el padre, la madre o el niño?.
Todos conocemos la simpleza de este cuento por lo que nos hemos atrevido a crear situaciones nuevas, divertidas y cercanas al niño sin desvirtuar el objetivo real del cuento, pero sí cambiando el final (en el original, Ricitos huye de la casita), por uno feliz, que estimula al niño a enfrentarse con los problemas y ayudarlo, en mayor o menor medida a alcanzar una madurez emocional.
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